La Comunidad de Regantes Collarada apuesta por modernizar sus tierras para obtener mayores rendimientos y asentar población en Robres, Senés y Frula
HERALDO DE ARAGÓN.- Alrededor de 350 agricultores de Robres, Senés y Frula han dado un paso definitivo hacia la modernización de sus tierras. En total suman 3.000 hectáreas, integradas en la Comunidad de Regantes Collarada. El objetivo del proyecto es claro: obtener mayores rendimientos y asentar población. También persiguen hacer un uso más eficiente del agua, diversificar cultivos y ganar en calidad de vida.
El proyecto supone una inversión de 24,9 millones de euros (IVA incluido) y fue aprobado en la última asamblea general de la Comunidad, en la que hubo disparidad de opiniones. A favor votaron el 74% y en contra, el resto (26%). De cumplirse lo previsto, las obras arrancarán a finales del año 2023 y concluirán en 2026. Para los agricultores es importante poner fecha a la consecución de este perseguido anhelo. De hecho, llevan más de una década superando trabas y dificultades. "Ha sido un camino largo, muy farragoso, en el que hemos precisado de asesoramiento y apoyo técnico, pero ya estamos encaminados", señala uno de los miembros de la junta directiva de la Comunidad, Jesús Conte.
El proceso de concentración está concluido y la siguiente fecha importante ya aparece marcada en rojo en su calendario. Será el próximo 30 de septiembre, cuando firmarán el primer aval bancario. Mucho más lejos está la fecha en la que terminarán de hacer frente a los pagos. Son 50 años. Durante los primeros 25 responderán frente a las entidades bancarias y durante los 25 siguientes, frente a la empresa pública Seiasa, que financia las obras al 50% sin intereses. De media, el coste será de 180 euros por hectárea y año.
El presidente de la Comunidad de Regantes Collarada, Saúl Gracia, tiene claro que "hay que hablar de inversión y no de gasto". "Nuestras tierras se van a revalorizar y, además, conseguiremos dar un importante impulso al sector agrícola", añade, al explicar que la ganadería ha relegado a la agricultura a un segundo plano en algunos de los municipios implicados. En Robres, según detalla, las tierras están "desaprovechadas, ya que son campos pequeños que se dejan sin cultivos de verano por los bajos rendimientos y el esfuerzo que requiere un riego a manta como el actual".
"La modernización es el futuro. Los jóvenes ganarán en calidad de vida. Ya no tendrán que ir a regar por la noche. Desde sus móviles podrán activar los aspersores y controlar cada detalle", añade otro de los miembros de la junta directiva, Mariano Luna.
Los agricultores también se han visto alentados por ejemplos cercanos, donde la modernización ha multiplicado la producción agrícola y ha propiciado la incorporación de gente joven. Y no son los únicos que están convencidos de sus bondades. A su proyecto, y solo en esta zona de Los Monegros, hay que unir los de otras dos comunidades cercanas, la del Flumen y la de Santa Ana.
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